8 pasos para validar tu proyecto de negocio y minimizar el riesgo

Para poner en marcha un negocio siempre ha sido necesario hacer una fuerte inversión económica y personal: contar con una idea novedosa y original, hacer un profundo análisis de mercado, armar un plan de negocio que tuviera en cuenta todos los escenarios posible, conseguir financiación, desarrollar tu producto o servicio, promocionarlo adecuadamente, venderlo, etc.

Todo eso llevaba meses de trabajo…, meses en los que no había ni una sola garantía o evidencia de que el resultado final de ese laborioso proceso fuera a ser el esperado. No sabías hasta el último minuto si tus clientes potenciales iban a estar dispuestos a comprar tu producto o servicio.

Hoy en día el nuevo paradigma digital ha cambiado de forma radical el ecosistema en el que se desarrollan los negocios. Tenemos a nuestra disposición herramientas con las que antes de hacer ninguna inversión, antes de comprar mercancía, antes de hacer una web, antes siquiera de alquilar un local o hacer unas tarjetas, poder validar si lo que ofrecemos le interesará al público y si nuestro producto o servicio se venderá.

Validar una idea de negocio es verificar con datos concretos y tangibles si el proyecto o negocio que queremos desarrollar es factible más allá de nuestra propia convicción.

Un negocio no existe si no vende. La venta es lo que hace real a nuestro negocio, no unas tarjetas o una oficina. Por lo tanto nuestro objetivo número uno debería ser lograr los primeros clientes o personas interesadas en nuestro producto o servicio en las fases iniciales del negocio (cuanto antes mejor). Estos serán clientes potenciales reales de carne y hueso, ya no serán opiniones, conjeturas o elucubraciones que solo existen en nuestra cabeza.

A través de estos clientes reales, podremos hacer las primeras valoraciones, y podremos empezar a invertir y a pensar en todo lo que necesitaremos para consolidar nuestro negocio.

Se trata de aprender rápido, valorar los resultados e introducir los cambios necesarios. En definitiva se trata de reducir el riesgo al mínimo a la hora de lanzar cualquier proyecto al mercado. Ponerse en marcha sin una pesada carga a la espalda, tomar las decisiones, empezar a vender, y sentir que tenemos un negocio real.

Todo esto que te cuento no es nuevo, se trata de una metodología que se ha ido imponiendo los últimos años debido al movimiento Lean Startup, encabezado por Eric Ries (autor del libro “The Lean StartUp”), junto a Steve Blank, conocido por desarrollar la Metodología del Desarrollo de Clientes (Customer Development) método científico para aplicar a los negocios emergentes y para mejorar el éxito de sus productos y servicios.

De forma esquemática, los pasos necesarios para validar tu producto o servicio y minimizar el riesgo son los siguientes:

1. Realizar un análisis de mercado con las herramientas a tu alcance:
Google Adwords y Facebook Add son dos herramientas muy poderosas con las que podemos empezar a obtener datos demográficos, intereses y estimaciones sobre audiencias (tendrás que activar una campaña, pero no te preocupes, nada más configurarla puedes pararla, de esa forma podrás acceder a todas la funcionalidad y no te costará dinero).

2. Comprar un dominio y contratar un alojamiento como soporte a tus primeras acciones:
Lo necesitarás para disponer de un espacio web en donde alojar las herramientas necesarias para hacer las primeras acciones, más abajo te explico cómo. No te preocupes!! en la actualidad esto cuesta muy poco dinero. Puedes tener un alojamiento desde uno o dos euros al mes y un dominio por 10 euros al año.

3. Crea una página de Facebook (Fan Page) para tu negocio y empieza a nutrirla de contenido:
Crea una página de Facebook para tu negocio (no un perfil personal) y genera contenido relevante sobre tu producto o servicio. Facebook es un canal excelente para tener un dialogo con tu audiencia de forma gratuita.

4. Desarrollar tu Producto Mínimo Viable:
Enfócate en el Producto Mínimo Viable de tu negocio (el Producto Mínimo Viable es un producto con las suficientes características para satisfacer a los clientes iniciales, y a la vez, poder obtener retroalimentación).​​ La inversión económica y humana para su desarrollo deben de ser las mínimas posibles. Se trata de un prototipo temprano. Su principal función es comprobar una hipótesis y aprender.

5. Haz una Página de Aterrizaje:
Las landing pages (o páginas de aterrizaje) son páginas web especialmente preparadas para recibir a los usuarios que hacen clic en el linck de una publicación o anuncio. Estas páginas están diseñadas específicamente con el objetivo de convertir visitantes de una web en leads (un leads es un usuario interesado en nuestros productos o servicios que nos ha dejado un correo electrónico y nos da permiso para comunicarnos), de esta forma podemos empezar a construir nuestra audiencia o una base de datos de personas potencialmente interesada. Instala WordPress en el alojamiento que has contratado. WordPress es un sistema gratuito que permite crear cualquier tipo de sitio Web.

6. Realiza una promoción en Facebook:
Contrata una campaña publicitaria en Facebook para llevar visitas a tu landing page. Facebook es muy económico y permite segmentar a tu audiencia. Con una inversión de 20 euros diarios durante 5 días puedes sacar una primeras conclusiones y determinar si tu propuesta interesa a la gente.

7. Saca conclusiones, apóyate en datos concretos:
Ahora tienes datos para sacar las primeras conclusiones. En función de la respuesta que obtengamos podemos determinar si lo que estamos ofreciendo funciona o no, si es necesario cambiar de dirección (pivotar), si tenemos que plantear nuestra oferta de otra manera o si aspectos que se nos habían pasado de nuestro negocio tiene un gran potencial. Podremos decidir si seguir adelante o abandonar.

8. Construye un plan básico para entregar tu producto:
Si puedes vender, hazlo!! No necesitas un plan complejo para entregar tu producto. Explica a tus clientes el plazo que necesitas y se transparente. No es necesario crear plataformas de pago ni nada por el estilo en esta fase. El teléfono, una cuenta bancaria y una mensajería es suficiente.

Para poder desarrollar los 8 puntos anteriores tendrás que:

1. Tener claro quién es tu público objetivo
2. Ofrecer una propuesta única de valor y diferenciarte claramente de la competencia.
3. Hacer un anuncio llamativo que capte la atención de los usuarios
4. Aprovechar al máximo los datas obtenidos para planificar futuros pasos.
5. Ponte en marcha…

 

CONCLUSIÓN

Empezaba este texto hablando del nuevo paradigma digital… El mundo digital y las nuevas tecnologías nos permiten crear, medir y aprender de forma muy rápida. Si hace unos años el mundo de los negocios se caracterizaba por ser rígido y con unas reglas estrictas e inamovibles, hoy las cosas son radicalmente diferentes y todo es mucho más líquido y cambiante.

Como dicen Jason Fried y Leader Summaries en su libro Reinicia: “controlar todos los factores que entran en juego en un negocio (economía, recursos, dinero, clientes, etc.), está la mayoría de las veces fuera de nuestro alcance”.

Lo que si está a nuestro alcance es minimizar el riesgo, no hipotecarnos de por vida antes de ver si nuestro producto o servicio será bien recibido y si hay personas dispuestas a gastar su dinero en ellos.

Nuestro proyecto será una realidad en el mismo momento que empecemos a vender. Lo más importante es arrancar, gestionar, tratar de forma directa con las personas que están interesadas y aprender de ellas cuales son sus necesidades en relación con lo que les ofrecemos.

Hacer lo que podamos ahora (en este preciso instante), con la firme determinación de lograr nuestro objetivo, pero con la sensatez y prudencia necesarios para si nos hemos equivocado, poder rectificar a tiempo.

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