Si a un niño se le pide que pinte de color una figura humana inmediatamente te pedirá el color rosa para la piel. Este inocente gesto no deja de ser asombroso, ya que no hay un solo ser humano en la tierra que tenga la piel de color rosa.
Con esta reflexión arranca el más que recomendable taller de la artista brasileña Angélica Dass, que nos invita a mirarnos al espejo y a hacer un viaje personal para redescubrir el color de nuestra piel.
En este mundo falsamente globalizado, donde los muros y las fronteras parecen estar más presentes que nunca, el color de nuestra piel sigue siendo un elemento de control social, de discriminación y fanatismo.
Humanae, Work in progress, tiene como intención desplegar la gama cromática de los diferentes colores de la piel humana. “No hay ninguna selección previa de los participantes y no existen clasificaciones relativas a la nacionalidad, el sexo, la edad, la raza, la clase social o religión. Tampoco hay una intención explícita para terminarlo en una fecha específica. Está abierto en todos los sentidos e incluirá a todos aquellos que quieran ser parte de este mosaico global colosal. El único límite se alcanzaría completando toda la población del mundo…”
Desde Bahay os recomendamos la experiencia que es especialmente interesante y educativa para ir con niños. El taller está enmarcado en el Grupo de Educación Disyuntiva de Matadero “Ni arte ni educación”. Hasta el 10 de enero de 2016 en la Nave 16 del Matadero de Madrid.